No sé por dónde empezar, pero lo resumiré así, mi nena está próxima a cumplir 9 meses, tiene ya cuatro dientes arriba y dos abajo, gatea, no para de decir mamá y come que da miedo.
Se ha caído dos veces de la cama, cosa que no me agrada contar, pues es una de las situaciones que más remordimientos me causa (afortunadamente nada de cuidado). Es increíble ver cuán fuerte e intrépida es, no para de jugar y aunque hay días que no son buenos para mamá, el ver su progreso día con día mejora todo lo malo que pueda haber en mis actividades.
Si he de confesar algo, es que cada día estoy más enamorada de ella, ha puesto a prueba mi paciencia, determinación, convicción,ternura, alegría pero sobre todo, el amor incondicional que pueda tener para con los seres que están con ella, no cabe duda una personita tan pequeña me puede enseñar más de lo que pude haber aprendido en muchos años.
Pero esto, no deja de ser solo una confesión más de una madre aprendiz y por eso quiero compartirles el rostro que me ilumia a diario mi vida.
Gaby. J